2006-09-30

Neuromante


Título: Neuromante
Autor: William Gibson
Título original: Neuromancer
Traductores: José Arconada Rodriguez y Javier Ferreira Ramos
Editorial: Minotauro ISBN: 84-450-7405-9
Páginas: 317

Después de esperar por él, ha mereicdo la pena. Un libro sobre tecnología escrito en 1984 y que no se ha quedado obsoleto ni es extremadamente exagerado. No por nada le dieron los premios Hugo, Nébula y Philip K. Dick.

La acción transcurre en un futuro ni muy lejano ni demasiado próximo, en una distopía en la que sociedad ha aceptado la tecnología hasta límites insospechados y en la que las Inteligencias Artificiales son una realidad. De hecho, toda la acción se centra alrededor de uno de estos entes.

La jerga tecnológica usada con coherencia y regularidad es uno de los grandes aciertos del libro, que te te lleva a la acción y te introduce en el lenguaje de una supuesta época sin necesidad de explicar qué es cada cosa. Pero el punto fuerte, como en toda buena novela de ciencia ficción, es el trasfondo filosófico y la manera en la que los avances científicos cambian la sociedad y las personas. En este sentido Gibson fue capaz de adelantarse años a su época para vaticinar la creciente presencia del ciberespacio (término que aparece por primera vez en esta novela), internet y la realidad virtual.

Muy recomendable.

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Cosas de la edad

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La "cara" de Marte revisitada. "... la cámara de alta resolución (HRSC) a bordo de las Mars Express finalmente obtuvo una serie de imagenes que muestran la famosa "cara" de Marte con un detalle sin precedentes..."

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Danger! High levels of Hydrogen

¿Que hacer para que la gente deje de bañarse en las fuentes? Ese era el problema que tenían en Lousiville, Kentuky.

La gente aprovechaba las fuentes para refrescarse, y para celebrar eventos, muy al estilo de que lo se hace en España con el futbol, y las autoridades no sabían ya como prohibirlo. La solución fue este cartel:





Efectivamente, el agua contiene grandes cantidades de hidrógeno, pero claro, si no, no sería agua. Dos de cada tres átomos en el agua (agua pura, se entiende) son de hidrógeno, que como pesan menos, vienen a ser algo más de 100 gramos de hidrógeno en cada litro de agua.

David Karem, el director ejecutivo del equipo que se encarga de la fuente (debe ser una fuente muy grande), ideó las señales para mantener alejada a la gente cuando el año pasado se encontraron altos niveles de bacterias en el agua, aunque este año, todo se ha normalizado. Este hombre afirmó que contaba con que la gente no entendiera mucho de química, y asociaran la presencia de hidrógeno a la "bomba de hidrógeno". La cosa es que, aunque no del todo, funcionó.

Pero lo mejor de todo es que hay quien opina que prefiere bañarse en la fuente, por mucho hidrógeno que tenga, a bañarse en el rio Ohio.

El artículo completo aqui.

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