Mitología, capítulo 2: Caronte
Se puede decir que Caronte es un viejo amargado, aunque no es de extrañar dado su trabajo. Es el barquero del río Aqueronte y el encargado de que las almas de los muertos lo crucen para llegar al Hades. En la orilla del río lo esperaba una larga cola de almas en pena esperando su turno para llegar al reposo eterno, pero para cruzar al otro lado, los muertos tenían que pagar un óbolo al barquero, que no es otra cosa que una moneda de la época, es por esto por lo que se enterraba a los muertos con una moneda debajo de la lengua, para pagar su viaje al más allá.
Sus padre era Érebo, dios primordial de la oscuridad, cuyas sombras envolvían los confines del mundo, y su madre Nix, diosa de la noche que arrastraba las sombras de Érebo por el mundo creando la noche.
Caronte hacía bien su trabajo y rara vez dejaba pasar a un hombre vivo a los infiernos, sin embargo, existen algunos casos, como el de Heracles (Hércules para los romanos) quien obligó a Caronte por la fuerza, tanto a la ida, como a la vuelta. Caronte fue encarcelado durante un año por haberle dejado pasar sin haber realizado el pago habitual exigido a los vivos, una rama de oro de la sibila de Cumas. Pero por otro lado, tenemos a Eneas, quien bajó a el Hades acompañado por esa sacerdotisa, de manera que Caronte no le pudo negar el paso. Y también está el caso de Orfeo, que bajó a los infiernos a rescatar a su amada, Eurídice (aunque la perdería en el último momento), y practicamente hipnotizó a Caronte con sus cantos. Psique también consiguió bajar y volver estando viva.
Etiquetas: Sobre astros y el universo
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